Alguna vez escribí que Lennon es mi único y fiel amigo, mi compañero del alma, mi aliado incondicional, siempre está conmigo en mil batallas y aunque perdemos esas mil batallas nunca me abandona. Su música para mi sigue siendo conmovedora y genial.
A pesar del tiempo transcurrido sigo pensando lo mismo y este pequeño preámbulo sirve para ratificarlo.
Sé que sobre Lennon se ha hablado y escrito demasiado llegando incluso a “canonizarlo musicalmente”.
Se tergiversa la realidad desde el más patético fanatismo musical o la simple explotación periodística.
Se tergiversa la realidad desde el más patético fanatismo musical o la simple explotación periodística.
John Lennon fue el rebelde congénito y guía, a su pesar, para toda una generación, autor de canciones inolvidables junto a Paul McCartney y en solitario, líder contestatario y al tiempo multimillonario, el ex beatle es, desde su trágica muerte, otro de esos lastres culturales que cada observador moldea a su antojo.
Lo que nunca nadie podra quitarle es la capacidad de composición en una época donde las presentaciones en vivo y el sacar un disco al mercado cada año era prácticamente una utopía. Canciones como: I´m only sleeping, In my life, Mind Games, Strawberry Fields Forever, y la excelente Imagine supera pureza y honestidad.
Al cumplirse 69 años de su nacimiento sólo podría concluir que John Lennon fue un extraordinario comunicador, el artista comprometido con su época y consigo mismo, y de su propia fragilidad como ser humano quizá por su insatisfacción con la realidad.
“No cambié porque los Beatles triunfaran y se me conociera, he sido igual siempre. Ser genio también es dolor. La creación es el remedio a ese dolor” John Lennon (1940 – 1980).